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  • Carlos Placitelli

CONOCER LA MADERA: CLASIFICACION VISUAL

La madera ha acompañado el desarrollo de la historia humana desde sus inicios. Un material que, por su disponibilidad, facilidad de trabajo y versatilidad, es uno de los más utilizados aún hoy.


Sin embargo, como producto natural que es, sujeto a los caprichos y vaivenes del clima, a lo que se suma la calidad del manejo hecho por el Hombre durante el crecimiento del árbol, el corte y el secado, la madera es un material irregular.


Cuando hacemos estructuras, el primer paso es diseñarlas y calcularlas. En el cálculo, utilizamos valores de resistencia de la madera en cuestión, obtenidas de acuerdo con ensayos de laboratorio. Son promedios y por lo tanto, sujetos a variación pieza a pieza.


Teoría y realidad.


Para que haya una buena correlación entre el valor nominal de resistencia, es decir, el que figura en las tablas y la realidad, es necesario clasificar la madera.


Las imperfecciones que normalmente observamos en ella, suelen disminuir esa capacidad, a veces levemente, a veces de forma notoria. La presencia, forma, tamaño y ubicación de los nudos, los desvíos en la dirección de la veta, los defectos debidos a acumulaciones de resina, presencia e hongos, acción de insectos, etc, pueden invalidar una pieza para uso estructural.


Lamentablemente, no es fácil adquirir madera ya clasificada en América Latina. En algunos países, la situación es más complicada que en otros. Como consecuencia, quien trabaja con ese noble material debe saber bien cuándo una pieza es apta y cuando no.


La norma de calidad, algo fundamental.


Existen normas en varios países (Argentina, Chile, España, México, Uruguay) que establecen con claridad los requisitos a cumplir, definen lo que se conoce como las clases estructurales y asignan a cada una los valores estimados de resistencia estructural.


Habiendo realizado esta tarea correctamente, podremos confiar en que la estructura soportará adecuadamente las cargas que le sean asignadas y que la misma prestará el servicio para el que se crea, con solvencia y durabilidad.


Normas en Hispanoamérica.


Muchos países tienen normas referidas a cómo clasificar la madera.


Chile, con un excelente cuerpo normativo relativo a la madera, rigen las normas NCh 1207, NCh1969/1, NCh3223, NCh3226 y NCh3028/2.


En Argentina, las normas IRAM 9662 -1 (Pino Paraná), 9662-2 (Eucaliptus grandis) y 9662-3 (Pino Taeda y Elliotis). También está la 9670:2002 Madera estructural. Clasificación y requisitos. Clasificación en grados de resistencia para la madera aserrada de pinos resinosos (Pino elliotti y Pino taeda) del noreste argentino mediante una evaluación visual.


En Uruguay, recientemente se aprobaron las UNIT 1261 (Pino Taeda y Elliotis) y la 1262 (Eucaliptus grandis).


En México, tenemos la NMX-C-239-1985-Calificación y clasificación visual para madera de pino de uso estructural.


En España, rigen la UNE 56544 y 56546:2013 Clasificación visual de la madera aserrada para uso estructural. Madera de coníferas y de frondosas, respectivamente.



La clasificación de la madera, es uno de los insumos más importantes para un buen resultado. Pero no el único. Hablaremos de otros elementos a tener en cuenta en nuevos artículos de este blog.

 

Gracias por leer este blog de Bioaprender.


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Si te interesa profundizar en el tema, te recomendamos el Curso Clasificación visual de la Madera.


Un abrazo.


Carlos Placitelli


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